Aquellos viejos
pastores
con su piel curtida y seca
fieles al hacer diario
haga frio, nieve o llueva.
Andaban por las
majadas
por barrancos y veredas
con una manta pore techo
y una bufanda de estrellas.
Tenían grabado a
fuego
sobre su mente sincera
re4cuerdos que no se olvidan
y esos sueños que se sueñan.
Cuando el sol trae
su luz
y la mañana ya llega,
aquellos viejos pastores
con su manta por cubierta.
Iban andndo el
camino
por la lpoma fria y seca
pensando donde pastar
y donde agua bebieran.
Nunca tubieron
relevo,
nunca supieron de fiesta,
su trabajo limpio y puro
les sirvió de recompensa.
Por el "Monte
de las Tetas,
por la
Alcarria rastrojera,
por las fuentes saltarinas
que aquel tiempo estaban llenas.
Dejaron sus
ilusiones,
sus sueños y sus promesas,
sus canciones y su vida ,
envueltos en su inocencia.
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