Al olmo de la plaza de Embid







     En la plaza, hoy renovada,
limpia de barro y de polvo,
falta la recia silueta
de aquel ancho y alto olmo.

     Era sombra, era cobijo,
era compañia, adorno,
era lugar de descanso
después de un día azaroso.

     Presidia cuantos actos
se hcian en el entorno,
en días de fiesta grande
y en rondas de fuerte tono.

  
 ¿Que revista pasaría
a galas y emperifollos
cuando el tañer de campanas
llamaba a casar los novios?

     ¿Y a niños con traje nuevo
en hilera uno tras otro
que en un domingo de Mayo
comulgábamos gloriosos?

     Vivencias, muchas vivedencias,
alegrias, risas, lloros
Santo Domingo y San Roque
bajo sus ramas a hombros.

     ¿Donde estás olmo querido?
¿Donde estás que yo te lloro?
!Se te llevó la grafiosis,
y tu sitio sigue solo¡

     Se te llevó en ese viaje
que nunca tiene retorno
pero dejaste en Embid
muchos recuerdos gozosos.



   @    Germán Herranz Rillo

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